En las últimas décadas la evaluación para el desarrollo ha adquirido mayor aceptación entre los gobiernos nacionales y subnacionales.

En México tras un proceso de cambios en el ámbito político y gubernamental, la evaluación de las tareas del gobierno, principalmente las relacionadas con la reducción de la pobreza, fue paulatinamente posicionándose como una nueva cultura.

En años recientes con la publicación de la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y la Ley de Desarrollo Social, la creación del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social y el establecimiento del Presupuesto Basado en Resultados, se sentaron las bases para el establecimiento del Sistema de Evaluación del Desempeño, que ha permitido contar con información sobre la razonabilidad y lógica del diseño de los programas, su operación y la cuantificación de sus resultados, así como el desempeño de las instituciones encargadas del ejercicio de los recursos públicos para subsidios y programas sociales.